lunes, 7 de julio de 2008

on a more personal note...

Existe un contingente de artistas bastante grande que piensa que es mejor ni tratar de salvar el MAC de si mismo. Dejar que siga existiendo agonizante y agonizador, como siempre hemos hecho,y como artistas, construir otro espacio (no necesariamente físico, si no como proyecto). Es una posición respetable. Y yo, francamente, me bato entre esa y otras opciones.

¿Pero no es esto es precisamente lo que los artistas hemos estado haciendo por décadas, creando espacios alternos, proyectos de difusión, proyectos comunitarios, etc..? No los voy a enumerar porque todos los conocemos. Sólo quiero usar de ejemplo un proyecto: Coco D'Oro y Larregui. Por 10 años ha dejado el pellejo en un proyecto independiente. Uno se imaginaría que simplemente por su trabajo, por lo que representa La Perla Habla que estarían los Museos y otras instituciones de PR locos por ayudarlo, darle estabilidad al proyecto, ayudarlo con $ para él poder manejar el proyecto sin sacrificar su vida, familia. Pero no es así. No les importa, o no saben que existe,o lo ven como competencia a sus proyectos de arte/educación. Mientras existan esas cajas vacías utilizando presupuestos millonarios, donaciones públicas y privadas recogidas a nombre del arte, pero gastadas en aire acondicionado, en todo menos programación, siempre estos proyectos acabarán igual: con un artista-gestor agotado y desilusionado. La lista es larga.

Hay una realidad económica, una realidad de las estructuras necesarias para poder darle longevidad a los proyectos independientes, NECESITAN instituciones que respondan, que colaboren, que investiguen y publiquen, que programen, difundan.

El MAC tiene una actitud latifundista medieval con el Museo. Piensan que es “de ellos”, los terratenientes, no importa cuanto nos fajemos los jornaleros en crear cultura. Es el mismo perro. Sentados en una oficina de aire acondicionado mirando el mundo desde esas ventanas el lugar se hace tu casa. De repente, cuando se asoman todos esos jornaleros, sucios, y cansados de trabajar sin que se nos responda adecuadamente, el terrateniente aterrorizado, reclama que estamos invadiendo SU espacio, no vayamos ensuciar los muebles y que nos vayamos a otro lado con nuestros proyectos.


Entonces, cuando viene de Javier Martínez o Abdiel Segarra pienso, "Si es cierto, debemos seguir con nuestros proyectos independientes... ¡Somos fuertes! ¡Tenemos el poder! " Pero cuando viene desde el MAC mismo, que nos digan que nos vayamos a otro lado y "formemos un instituto" que responda a nuestras preocupaciones...pues, lo que da es ganas de alcanzar un rastrillo y marchar hacia la Labra hasta que la desocupen.

Medioevo indeed.

b

Elvis Fuentes Comenta la Respuesta de Rosa Irigoyen

Comentando la Respuesta de Rosa Irigoyen

Querida Rosa:

Me alegra que una simple actualización de Beatriz en el blog de la
Carta Abierta haya resucitado este tema de discusión. Creo que
logramos recoger firmas de mucho peso en aquella ocasión, precisamente
de personas que, como señalas, tienen el poder y la experiencia para
influir decisivamente en el futuro del "MACabro"... Estoy convencido
de que podemos contar con esas personalidades el día que ese museo tan
necesario como lamentable inicie el camino hacia la tan esperada
reestructuración.

Por cierto, recuerdo ahora este apodo (MACabro) que me inventé para
una reseña sobre el Primer Premio del Certamen de Arte otorgado a
Edgar Rodríguez Luiggi, esposo de la entonces curadora en funciones.
Por cierto, Mario Alegre censuró dicha reseña, pues como probablemente
sabes, el Certamen estaba patrocinado por la Fundación Luis A. Ferré y
El Nuevo Día no iba a echar tierra sobre ese muerto. (No me atrevo a
patentar el apodo porque nada nuevo hay bajo el sol y no dudo que
alguien lo haya usado antes.)

Pero bueno, decía que recordé el apodo con la triste noticia del
despido de Brenda Torres. No creo que se trate de una simple reducción
de plantilla por falta de presupuesto. Aunque en cualquier caso el
asunto debiera ser aclarado por la propia Brenda, todo parece indicar
que se trata de una represalia. Recuerda que ella, siendo curadora en
funciones del MAC, decidió firmar la Carta Abierta. El asunto no es si
el título de curadora le queda grande o no, sino reconocer que tuvo el
coraje de firmar la Carta. Fue un gesto pueril el suyo, es cierto,
pero por ese mismo candor de reconocer que las cosas no van bien y
actuar, merece respeto.

Ahora bien, creo que el punto que señalas sobre la falta de funciones
curatoriales en el MAC es muy importante. Partiendo de aquí, pienso,
podría conducirse una primera reflexión sobre las repercuciones que
esta grave falla estructural tiene dentro de una institución
museística. Es decir, ¿cómo se afecta la coherencia de la política de
coleccionismo, del programa de investigaciones y exposiciones, o
incluso las iniciativas educativas y comunitarias, sin la presencia de
un departamento curatorial? ¿Se puede hablar de un museo profesional
sin contar con uno de los pilares que le dan sostén intelectual?

Y estos aspectos apuntan solamente al nivel intrainstitucional. En
relación con el mundo exterior, ¿acaso esta carencia no representa la
falta de interlocución efectiva con otras instituciones semejantes? En
otras palabras: ¿es posible que sin curador/a un museo establezca un
diálogo parejo con el circuito profesional análogo, compuesto por
otros museos, universidades, organizaciones e incluso personas
independientes, todas instancias que contribuyen al debate
contemporáneo sobre el arte?

En buena medida, podría decirse que la incapacidad del MAC para
establecer colaboraciones con instituciones internacionales de arte
contemporáneo se debe precisamente a la falta de un departamento
curatorial que entable una conversación utilizando el mismo lenguaje
que sus interlocutores. La Dra. María Emilia Somoza es la que lleva la
conversación del MAC y, como sabemos, ella no conoce ese lenguaje de
actualidad.

Creo que todos los que firmamos la Carta Abierta coincidimos en que la
Dra. Somoza es una persona honorable y merece nuestro reconocimiento
(los episodios MACabros son solo excepciones en muchos años de labor).
Sería irresponsable ignorar su enorme contribución a la escena del
arte puertorriqueño y nadie ha querido hacer eso porque la desmemoria
es el atajo más rápido al subdesarrollo intelectual.

Sin embargo, es hora de que esa contribución vaya más allá de la isla
y por eso es que firmamos la Carta Abierta. La manera de hacerlo es
convertir el MAC en una plataforma real de proyección internacional
para la producción plástica del patio, así como en una ventana hacia
el complejo panorama de las artes visuales contemporáneas, a la que se
puedan asomar todos. Para ello es necesaria la creación de una robusta
estructura institucional que pueda al mismo tiempo atraer a los "money
people with influence", como le llamas con indudable gracia, pero
manteniendo en claro los límites de funciones y poderes que cada cual
tiene dentro de dicha estructura. El MAPR, infestado por "money people
with influence" con otros intereses que ayudar a la institución --por
supuesto, no todos pueden catalogarse como tales, hay personas
genuinas allí--, es la prueba más irrefutable que los fondos no son
suficientes. Su ejecutoria, casi tan disfuncional como la del MAC, se
debe a la misma razón: la carencia de una estructura robusta y de un
departamento curatorial de primera. Solo recientemente y con timidez,
el MAPR parece dar pasos para resolver esa carencia, pues ha nombrado
un curador.

En Puerto Rico existen ya ciertas bases (experiencias y recursos
humanos) para comenzar una reflexión seria y sistemática sobre estos
temas. No obstante, como sucede con muchas cosas --por ejemplo, hace
poco con la crítica de arte--, escuchamos la queja de que no existen y
se opta por cerrar los ojos o se suele mirar hacia afuera. El Museo de
Arte de Ponce, probablemente sin parangón en toda la región de
Centroamérica y del Caribe, el Espacio 1414, una seria y refrescante
iniciativa privada, algunos museos de recintos de la UPR, aun sin los
fondos adecuados y con limitado impacto fuera de la comunidad
universitaria, y, en menor medida, la gestión de la Universidad del
Sagrado Corazón, ofrecen modelos diversos desde los cuales se puede
arrancar el debate.

Igualmente deberían someterse a debate otras instituciones tan
necesitadas de una reestructuración como el propio MAC. Pienso, por
ejemplo, en el Museo de las Américas en Ballajá, el Museo de Arte de
Caguas, la Casa del Libro, una de las joyas puertorriqueñas más
preciadas por su increible colección con el potencial de convertirse
en la institución de su tipo más importante de América Latina, así
como la Trienal Poli/Gráfica de San Juan, que se realiza desde el
Programa de Artes Plásticas del ICP, pero debiera conventirse en una
entidad independiente, al estilo de una fundación, si aspira a
sobrevivir a los vaivenes de la política. (Después de hacer campaña
prometiendo "fortalecerla", el inquilino actual de la Fortaleza
prácticamente se la quitó de encima, pues la pospuso hasta la
primavera de 2009, fuera del cuatrienio que le correspondía y
convirtiéndola en Quinquenal).

"En fin... el mar", como diría el poeta. Hay mucha tela para cortar.
Debemos aprovechar la oportunidad de la Carta Abierta para crear un
ambiente crítico --en el sentido de reflexión y debate, no de ataques
innecesarios-- que ponga sobre la mesa las múltiples cartas que se
juegan en el sistema institucional de las artes.

Un abrazo,

Elvis Fuentes
Historiador del arte (en funciones de Curador en El Museo del Barrio, NY)

domingo, 6 de julio de 2008

Respuesta de Rosa Irigoyen

Hola Bea,

Por ti me entero de cosas. No sabía de la baja del young generation de las "jornadas de trabajo".

Pensando en el asunto del MAC inmóvil y después de haber pasado tiempo desde el comienzo de esta cosa que pareciera lucha, creo que las jornadas de trabajo han sido tácticas dilatorias, que enredadas en el polvorín de las arenas del Sahara, a la larga logran dar tiempo a que sucedan 2 cosas: la aprobación del nuevo presupuesto de PR para así prolongar el no-Museo y una forma de darle a la Directora una salida airosa, que no se vea manchada por las agitaciones de las cartas del CAC y la Carta Abierta; tiempo para prepararle un festejo y despedida, que separados en el tiempo del las cartas/acciones y por la escasa memoria que la mayoría tenemos, resulte entonces en un espectáculo cultural de retiro de la Directora sin el embarre que hubiese deslucido el mismo si se hubiese dado antes.

No me gusta adjudicar mala fe a personas que por muchos años han dado tanto de su tiempo y bondad a apoyar siempre gratuitamente lo que se pensaba fuera, en algún momento, un verdadero museo de srte contemporáneo de Puerto Rico. Me incluyo en este grupo porque, aunque sigo en COMPLETO ACUERDO con TODOS los planteamientos de la Carta abierta, también estoy en ese intersticio del que aún cree que debe existir un espacio/museo para el arte contemporáneo; que debe existir un MAC renovado, casi nuevecito, como describe la Carta Abierta. Y digo todo estas cosas también porque conozco a los que pertenecen a las jornadas de trabajo y tantos otros artistas y amantes del arte de los que no puedo sino pensar que son gente buena, atrapadas en la tradición, en la reglamentación de lo cotidiano como algo intachable y el hay bendito que hace daño en tantas ocasiones.

No pienso que el MAC cerrará. El julabalú de la marcha me parece abonaba el terreno a favor del MAC, previendo la necesidad de aprobar el presupuesto de PR a acontecer a poco tiempo de esta. Me parece que el MAC sí se ha gastado el dinero que tenía asignado en el presupuesto anterior sin lograr recaudar otros fondos por la múltiples razones que conocemos y se caen del palo. Están pelaos como chucho.

A Brenda la despiden, supongo, porque no tienen dinero. ¿Por qué no despedir a otra persona? Porque el MAC funcionó toda la vida sin un curador, así que la soga parte por lo más fino. No se si han despedido a más personal.

(Y aquí un aparte - la forma en que escribes acerca del despido de Brenda, utilizando su título de curadora, como si se lo mereciera, como si diera pena perder sus servicios en el MAC o cualquier museo, me parece un párrafo que no guarda relación con lo que tratan tu carta de julio y la CA. Como que está pujao.)

No pienso que la Junta del MAC, ni mucho menos Miyuca van a escuchar las propuestas del CAC y la CA. Esto ya lo habíamos hablado. ¿Tu sabes a quienes escucharían? A los money people with influence (aquellos con los mínimos conflictos de intereses) que quieran meterle mano al asunto por un verdadero amor al arte, que quieran sentarse en una nueva Junta y asumir todas las responsabilidades de una Junta: que sean ellos los que busquen los $, hagan relaciones públicas, que convoquen el comité transitorio que sugiere la CA, que nombre un comité de asesoramiento para los asuntos artísticos y nombre los puestos ADMINISTRATIVOS, especialmente la directora, para que, bajo su estricta supervisión, lleven a cabo la nueva misión.

Me parece que tus cartas no van a dar frutos si no se siembran en terreno fértil. El terreno está por ahora, en mi parecer, en manos de los que tienen el poder, dinero y valor de asumir los riesgos y trabajos de la Junta. Los artistas, en su grandísima mayoría, están por la misma naturaleza de su vocación, abocados a la creatividad, riesgo y disciplina del trabajo. Con ellos siempre contamos, para las cartas, mesas cuadradas y no-mesas, para los Sit-ins y el trabajo que sea necesario.

Vamos a pensar en una Junta ideal, un comité de transición y uno de asesoramiento y presentarles todo esto. No dirijamos estas cartas al éter, como dice un comentarista de radio. Yo propongo que nos reunamos un grupo y hacer listas de gente, hacer una estrategia para provocar cambio y darle un empujoncito más a lo que unió al CAC y y los de la CA; todo esto ignorando al MAC.

Me gustaría publicaras esto en tu blog. ¿Qué crees?

Un abrazo,
rosa

El ejercicio de darse con la cabeza contra un seto

Nos quedamos en que el MAC convocó un comité burocrático, para una serie de conversaciones llamadas "Jornadas de Trabajo". Yo decidí no ser parte de eso por varias razones. Este tipo de burocracia no resuelve nada.

Nani Alvarez y Abdiel Segarra fueron más optimistas que yo (inicialmente) pero también se han dado de baja del grupo (la paciencia Tibetana no lo resuelve todo, véase el Tibet).

Hace 2 semanas, sin pena ni gloria, el MAC despidió a Brenda Torres Figueroa, su curadora.

Me imagino que el Museo cerrará pronto. ¿Será posible que el MAC, su junta y su dirección, prefiere cerrar sus puertas antes de escuchar y atender las críticas que una gran parte del mundo de las artes le ha hecho?

Lo ridículo e irónico, es que si el MAC hubiese respondido con una invitación a una conversación real, con ganas de escuchar y no de defenderse, archivando el discurso de la amnesia histórica (que niega la realidad de que estas críticas vienen más de los viejos que de los jóvenes) hubiese contado con la energía e ideas de muchísimos artistas y curadores. Gente que en dos décadas no se habla se sentaría en la misma mesa a ayudar a crear un espacio vivo para el Museo. La posibilidad de una transformación real le hubiese dado energía, hasta alegría a la gente.

Pero formar un comité de los usual suspects y no hacer nada lo que ha hecho es desilusionar UNA VEZ MáS a todo el mundo.
Estamos todos impresionadísimos con el hecho de que nos organizamos para escribir una crítica que todos nos susurrábamos, lo hicimos con precisión y con profesionalismo, con remedios concretos y la respuesta ha sido hacerse los suecos.

Lo que queda es un SIT-IN. Acampar en la grama. Para que COMO MíNIMO el patio exterior no se use de parking, como si fuese un lote vacío.